La temporada pasada la dediqué a probar nuevas zonas y buscar uno grande (al menos lo que es grande para ese pesquero) y, tras conseguirlo, volví un par de veces en invierno sin éxito.
Como en primavera no les dediqué tiempo, dedicí que probaría un día un bass, aunque en verano no sea la mejor fecha para ellos.
Me llevé de todo porque, como era de esperar, me encontré con mucha agua y todos mis sitios habituales sumergidos... así que tuve que hacer borrón y cuenta nueva.
Empecé pescando a fondo, probando en los sitios que me parecía que tenían más profundidad, en busca de las hembras grandes... ni rastro de ellas.
O no las encontré o no estaban activas, así que decidí cambiar de estrategia y buscar raspas en las orillas.
Mucho menos emocionante pero igualmente divertido, tras probar bajo un árbol sin éxito, lo intenté a la sombra de la vegetación.
Costó un poco al principio pese a ver actividad, al final un montaje carolina fino fue la clave y conseguí sacar cuatro raspas en un rato.
A última hora encontré una orilla que hacía escalón, con apenas un palmo de agua, llena de pequeños basses y con dos enormes machos vigilando... solo conseguí arrancarles un par de carreras jejeje
No hay comentarios:
Publicar un comentario