Veo que van pasando los años y sigue sin haber cultura de rodbuilding en este país, con pocos artesanos y, en proporción, aún menos aficionados, pero es que incluso veo que se está perdiendo en las tiendas de pesca, donde muchas no ofrecen servicios de reparación o customización de cañas.
En mi opinión, tener un servicio de reparación o customización de cañas y carretes a mano debería ser algo indispensable para un pescador, a menos que lo haga todo uno mismo.
Tengo varios trabajos de reparación por hacer y aprovecharé para realizar tutoriales y así aportar mi granito de arena para los pescadores que no conocen este mundillo. Creo que se verá que es todo mucho más sencillo de lo que puede parecer desde fuera.
Así que hoy empezamos con el primero, reparación de una puntera. En este caso de trata de una Major Craft mebaru a la que le partí la puntera con un golpe.
En cuanto a materiales no vamos a necesitar un gran desembolso para reparar la puntera, este tipo de reparación es el más sencillo de realizar y solo necesitaremos Araldite y un casquillo metálico. En caso de tratarse de una caña más potente, se añadiría un hilado y una capa de epoxi pero en ningún caso se dispara el presupuesto, siempre será mucho más barato que comprar una puntera nueva.
Empezamos con el casquillo, se puede utilizar prácticamente cualquier metal, desde latón a acero inoxidable pero, por razones de oxidación o fragilidad de otros metales, estos dos son los más utilizados. En este caso, al tratarse de un casquillo ultra fino, me he decantado por hacerlo macizo con acero inoxidable.
Diría que es la parte más complicada o la que más tiempo requiera de todo el proceso, pues hay que afilar ambos lados con paciencia hasta encontrar el ajuste perfecto con el interior de los tramos.
Para conseguirlo se puede utilizar una lima para metales, aunque con una lijadora eléctrica o una radial se consigue hacer mucho más rápido.
La apoyaremos en un sitio seguro e iremos apoyando y girando el casquillo con la mano para darle forma.
En este caso, por ser un casquillo macizo, conviene afilar los extremos para facilitar que el epoxi entre y quede entre el casquillo y la pared interior de carbono.
Como se puede ver en la foto, la longitud es de unos 2 cm, más que suficiente para aguantar los extremos rotos sin comprometer demasiado la acción de la puntera.
El último paso en este punto será limpiar bien con alcohol tanto el casquillo como los tramos, tanto por dentro como por fuera.
El siguiente paso ya es pasar a pegar todas piezas y para ello a mi me gusta utilizar un buen pegamento epoxi como el Araldite.
Como la mayoría se vende en dos componentes (resina epoxi y endurecedor) que hay que mezclar al 50%, para ello utilizo una báscula de precisión.
Como todo epoxi, tiene que mezclarse bien, dejar curar unos segundos y mezclar hasta que quede transparente (algunos pegamentos se vuelven blancos al curar). Según el tipo que sea tendrá un tiempo de trabajo y un tiempo de secado, hay que tenerlo en cuenta al comprar epoxi.
Con el pegamiento listo, solo nos quedará rellenar abundantemente el interior de los extremos rotos y darle una fina capa al casquillo antes de introducirlo en su posición, para ello hago primero un extremo y luego el otro, siempre se tiene un mayor control del proceso que si se hace todo a la vez.
Una vez unido todo, retiramos el epoxi sobrante con un papel, revisamos que todo el tramo quede recto y lo dejamos secar las horas que indique el fabricante.
Esta última foto es el resultado de la reparación y, como se puede ver (o no jejeje), cuesta mucho encontrar el empalme.
Como decía al inicio, si fuera en otra parte de la caña o en otra caña que requiera un mayor esfuerzo, se podría añadir un hilado y una capa de epoxi (de un ancho ligeramente mayor que el casquillo) de refuerzo, pero en este caso no será necesario.
La caña ya he tenido ocasión de ponerla a prueba y ha quedado perfecta, sin apreciar cambios en la acción y utilizándola sin miedo, pronto subiré algunas capturas.
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