Llegamos por la tarde, con el sol bastante bajo, así que directamente me puse a montar y a probar distancias con lombriz.
Ni picada, se bebían la lombriz... mal rollo, pintaba que por allí también está lleno de morralla.
Con la esperanza de que desapareciera al anochecer, cambié a americano y lo dejé más tiempo en el agua, pero también lo desascaban.
Opté por tita licrada y me puse a cenar, estuve insistiendo durante un par de horas pero no la tocaban.
Mientras tanto Alejandro con bajos con boyas iba sacando pescado y entre ellos alguna doradella, lo que mantenía la esperanza de que entrara alguna mayor y, de paso, descubrimos que la morralla era que la playa estaba infestada de bogas de 60-80 mm.
Sin más opciones, monté una cameta con boya y lombriz en una caña y americano en la otra, por ver si sonaba la flauta, ya que no le hacían caso a la tita y no salía calavereta en esa playa.
No había manera... ya estaba harto y pensando tirar la toalla cuando Alejandro apareció con una calavereta. Era o eso o recoger, así que la licré con cuidado y la lancé a media distancia para no destrozarla.
El resultado fue la doradella de la foto, de ración (no la he pesado no hace medio kilo), bastante peleona, por momentos pensé que era mayor pero bueno, me dio algo de esperanza.
Edito: La he pesado en casa y ha dado 550 gr, mi ojo siempre tira por bajo...
El resto de la noche fue pelearme por no dormirme y rezar por que saliera alguna calavereta más, de hecho salieron un par más, con las que tuve una picada falsa y otra dorada mal clavada que se soló a mitad camino.
Ismael por su parte probó con una calavereta y tuvo una buena picada, por desgracia se le lió en una boya y partió.
Alejandro se fue con varios kilos de pescado y entre ellos varias doradellas también.
Solo nos quedó la dura vuelta a casa a las tantas de la madrugada...
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