La foto corresponde a mi última salida, el viernes pasado.
Asistí a la habitual pesquera de los viernes con los compañeros de Castellón, el agua estaba fuerte y ya salía de casa con la intención de buscar llobarros.
Tenía el antecedente de que Ismael había sacado uno por la tarde, así que fui bastante animado.
Agoté las reservas de sepia que tenía en el congelador, de hecho perdí la mitad por el camino, así que solo disponía para un par de carnadas.
Monté y, cuando los bañistas salieron del agua, lancé una caña al primer escalón y otra al rebalaje, ambas con sepia y dejé las líneas bajas.
Tras una hora veía algo de movimiento en una puntera y decidí revisar las cañas, mi sorpresa fue ver que se las había llevado la corriente y colgaba un tenderete de algas de la línea... solo pude recuperar una línea.
Los compañeros también revisaron sus cañas y vimos que solo sacábamos alga en la orilla, por lo que repetí con la sepia pero lancé por detrás del primer escalón y dejé las cañas altas para evitar las algas.
Al caer la noche el viento amainó y bajó el oleaje, todavía se veía mar de fondo pero las condiciones ya no eran tan buenas para el llobarro como durante el día.
Decidimos cenar mientras esperábamos una mejora del mar y apenas estaba terminando el último bocado cuando vi una picada repetirse varias veces en mi caña, no era una picada muy fuerte, pero llevaba un plomo de 135 gr, así que como mínimo era un pez de ración...
Nada más clavar noté mucho peso, pero poca pelea... apenas unos tironcitos... empecé a temer por encontrarme con un manojo de algas al final de la línea...
Llegó la cola de rata con un tenderete de algas... seguida del plomo envuelto en un manojo de algas del tamaño de un balón de baloncesto... finalmente la cameta con otra pelota de algas y entre las algas la dorada de la foto superior!!!
Doradita de ración, pesó 620 gr, pescando cerca, con sepia y montaje para el llobarro... tragada hasta las trancas... la cuestión es llevarme la contraria jejeje
A mi lado Iván corrió la misma suerte, tanto por las algas como por la dorada, aunque en su caso fue una doradella que venía del morro y fue devuelta.
Ya no me quedaba sepia, pero viendo que las doradas habían pegado una pasada, decidí probar con cangrejo por si volvían a pasar.
A partir de ahí desapareció el aire y el oleaje, solo continuó el mar de fondo y en 2-3 horas no vimos movimiento de pescado, salvo por una mabra de ración que sacó Fran y que fue devuelta.
Llegamos a medianoche con muy poca actividad, así que empezamos a desmontar, de hecho yo casi lo tenía todo guardado cuando José sacó una dorada gemela de la mía, pero ya era tarde y no era plan volver a montar jejeje así que dí por concluida la jornada.
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