Hoy he entrado en el blog y he visto que tenía escrita esta entrada (de la semana pasada) pero seguía sin publicar...
Así que no me andaré con presentaciones y voy directo a lo que fue el resumen de la primera semana de pesca post-confinamiento.
El Lunes salí un par de horas por la tarde en solitario, armado con mi braga-mascarilla, con la caña de spinning ligero y apuntando alto, quería sacar un palometoncete jajaja.
Por desgracia mi ilusión duró poco, al encontrarme el pesquero lleno de gente y tan quemado y con poca actividad como siempre... el resultado primera salida primera porra.
Cosa que me extrañó mucho de primeras hasta que me enteré de que algunos pescadores de la zona se han pasado el confinamiento por el forro...
No podía empezar peor en cuanto actividad y capturas al ser un pesquero que ya habían secado, pero al ser la primera jornada en meses la disfruté bastante y aproveché para probar señuelos que todavía no había montado en la n-one de light shore jigging.
El martes, ya sin la ilusión de poder pegar una "flautada" con una gran pieza, salimos un par de horas a RF, en mi caso para desquitarme de la jornada anterior.
Empecé con minnows para comprobar que, de nuevo, siguen sin ser lo mío... algún día los entenderé (espero jejeje).Cambié a paseantes de superficie y no tardó en caer la primera. Caminando por el roquero pasé una pequeña poza con forma de embudo, en ese momento tuve una pequeña discusión mental conmigo mismo: "¿habría una lubineta emboscada allí y me picaría al presentarle el señuelo de cara? ¿o lo ignoraría al haber visto mi sombra al pasar? por probar se pierde poco", así que lancé el señuelo y empecé a pasearlo hasta donde creía que podría estar.
La vi salir de la sombra, rodear la poza pegada a al fondo y, en cuanto se colocó detrás del señuelo, se lanzó como un torpedo a por él, cuando vi lo pequeña que era pensé en jugar un poco, le cambié el ritmo al paseante y la hice fallar un par de veces hasta que lo embocó.
Y la siguiente fue mi redención del día con los minnows:
Me acerqué a un roquero por el lado protegido de la corriente porque vi que tenía un bueno cortado, lancé, lo sobrepasé tanto como pude y empecé a recoger...
Fue salir el señuelo del cortado y esta lubina se tiró como una loca a por él, luego entendí la picada porque venían otras tres detrás suyo jajaja.
Espectacular la batalla para el tamaño que tenía, aquí disfruté mucho más la pelea que la picada.
Fue salir el señuelo del cortado y esta lubina se tiró como una loca a por él, luego entendí la picada porque venían otras tres detrás suyo jajaja.
Espectacular la batalla para el tamaño que tenía, aquí disfruté mucho más la pelea que la picada.
Para finalizar con la parte laboral de la semana, volvimos el viernes, pero pillamos un día con mucho calor, cero viento, el mar planchado, lleno del alga babosa esta que se te pega a la línea (por aquí le llaman llapó/llepó) vamos, las peores condiciones para pescar por aquí...
Pese a ello salvé la porra con la lubineta de la portada de esta entrada, que picó con paseante.
Pese a ello salvé la porra con la lubineta de la portada de esta entrada, que picó con paseante.
Descansé el sábado y el domingo volví a la carga, pero me encontré con el mar chocolate y lleno de alga... impracticable, especialmente a RF, pese a que lo intenté un rato me resultó imposible pescar en condiciones y me tuve que retirar.
Y ese es el pequeño resumen de lo que fue mi primera semana del desconfinamiento, por supuesto las jornadas dieron mucho más de sí, con decenas de picadas fallidas, alguno que se soltó, carreras y ataques... etc esta vez si que me encontré con la actividad que esperaba tras el confinamiento.
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