La mejor especie para iniciarse en el surfcasting por lo sencillo y accesible que es su pesca y por tener mayor presencia en nuestras playas que otras especies.
No voy a describir sus características porque creo que todos las conocemos de sobra, por lo que voy directamente a su comportamiento.
Tal y como nos da a entender su vientre plano y su librea, es un pez que se mueve a poca profundidad por el fondo arenoso de nuestras playas, su boca también nos indica como se alimenta, pegando bocados de arena mientras va rastreando por el fondo.
La mayoría hemos visto su comportamiento buceando y no tiene demasiado misterio, van removiendo el fondo con la boca a la vez que nadan y muerden cualquier cosa que les llame la atención, escupiendo luego la arena, ocasionalmente pegan una arrancada hacia arriba, subiendo como mucho un par de metros y dejándose caer al fondo de nuevo.
Es una especie con un crecimiento más rápido que otras especies más codiciadas como la lubina, la dorada o el sargo, la mayoría de mabras que pescamos apenas tienen un año y pueden crecer hasta los 250gr en un verano.
La razón de que pesquemos estas mabras jóvenes, es que se mueven en bancos por las playas y se acercan mucho a la orilla (cuando más pequeñas más se acercan), mientras que las adultas solo vienen a la orilla en primavera para desovar y luego vuelven mar adentro.
Esto explica que en verano no sea habitual sacarlas de más de 300gr mientras que en invierno y primavera podemos dar con algunas de más de medio kilo, incluso de 1 kg, siendo su tamaño máximo conocido de alrededor de 1,50 kg.
Podemos dar con ellas en todas las playas de la provincia durante casi todo el año, aunque la tendencia de estos últimos años es que cada vez parece que prefieran las playas del sur con más calado y meses más fríos.
Su pesca es de las más sencillas y acepta casi todo tipo de cebos, por lo que no es de extrañar sacar alguna en cualquier momento, aunque no se busque.
Continuará...
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