Se trata de un tema en el que me voy a extender lo suficiente como para tratarlo aparte.
En el anterior artículo hemos comentado que son los fotoreceptores, las diferencias entre conos y bastones y su importancia a la hora de percibir los colores y los contrastes.
Hasta 24 tonalidades de color son capaces de distinguir algunas especies, lo que ha dado pie a todo tipo de mitos respecto a los colores.
Se sabe por los estudios científicos realizados para piscifactorías que aprecian el color blanco de modo distinto al nuestro y les atrae, así como el rojo atrae también a la mayoría de especies.
La explicación más aceptada es que el color blanco lo relacionan a la piel sin escamas de un pez herido o enfermo en señuelos o directamente al color de la carne de pescado y moluscos en cebos, en función del cebo/señuelo presentado y funciona muy bien con especies depredadoras, lo mismo para el color rojo al que se cree que asocian a la sangre o la carne de gusanos y moluscos.
Otro color que se ha demostrado atrayente, sobretodo con especies depredadoras y semidepredadores no adultos son los colores fluorescentes, sobretodo el verde-lima que asocian con los destellos de fosfatos que emiten muchas especies, también tiene la ventaja de verse desde una gran distancia.
De hecho estos destellos de fosfatos son un gran atrayente de muchos de los cebos que usamos.
Todo estas teorías de colores atrayentes son muy bonitas pero muchas veces van al traste en la práctica, fundamente por 2 motivos:
El primero es no tener en cuenta la disgregación de los colores con la profundidad y la intensidad lumínica.
A partir de los 30 m de profundidad el color se vuelve más irrelevante, pues el rojo se percibe como negro y el blanco como azul-verdoso, solo los colores verdes, azulados y morados se mantienen a partir de esa profundidad.
Según la profundidad el que un color se vea más o menos depende del contraste con el fondo, sino contrasta no se percibirá color alguno.
Este gráfico es muy útil para visualizar como se dispersan los colores según la profundidad.
Siempre hay que ser cautelosos con estos datos porque depende la claridad del agua y no es constante, pero nos sirve para hacernos una idea.
Vemos que a partir de 1 m de profundidad el rojo puede empezar a verse afectado, que a partir de unos 5 m ya cuesta percibirlo porque se ve granate, lo curioso de esto es que a partir de esa profundidad un naranja se percibiría como rojo y a partir de unos 10 m son el amarillo y el rosa los que se ven con el mismo contraste que un rojo.
A partir de los 30 m, esto los saben bien los pescadores de barca, poco importa el color del cebo o señuelo.
Esta información puede ser de utilidad por ejemplo para kayaks o barcas que pesquen cerca de la costa, pues si buscan alguna especie que le atraiga el rojo, teniendo aparejos rojos, naranjas, amarillos e incluso verde lima del mismo tono, pueden obtener el mismo efecto que el rojo según la profundidad.
En cambio para los pescadores de surfcasting y spinnning, este efecto se aprovecha en el amanecer/atardecer donde el cambio progresivo de la intensidad de la luz también produce el mismo efecto en los colores de los aparejos y señuelos.
Esta propiedad de la disgregación de los colores, en particular la del rojo, nos permite entender que muchas libreas fantasía funcionen genial desde hace años sin tener explicación aparetente o equivalente en la naturaleza, es por ello también que suelen funcionar bien solo en algunas condiciones concretas.
El segundo aspecto es no tener en cuenta los colores ultravioleta de nuestros cebos o señuelos porque no los vemos.
Este aspecto es un gran desconocido entre muchos pescadores y sin embargo explica por ejemplo algunos modelos concretos de libreas, que pese a ser copiadas por la competencia, solo funcionan las originales, ya que lo que pueden parecer 2 libreas iguales o 2 cebos con el mismo aspecto, pueden ser completamente distintos vistos con luz ultravioleta, por ejemplo:
De modo que todo lo que hemos comentado hasta ahora sobre la visión de los peces y la percepción de colores nos ayudará a entender mejor las razones por las que se hacen algunas cosas.
Si tomamos como ejemplo alguna de las tablas de colores recomendados para señuelos de spinning vemos que no hace falta memorizar la tabla, simplemente aplicar la lógica con lo que ahora conocemos de los peces.
El pasar de utilizar señuelos completamente transparentes, pasando por translúcidos, naturales y fantasía, hasta llegar al blanco, amarillo fluorescente o incluso negro, en el fondo solo se está aumentando o disminuyendo el contraste del señuelo en el agua en función de la disgregación de colores por el agua sucia o la falta de luz.
Se podría profundizar mucho en el tema, pero ya entraríamos en las preferencias de colores de cada especie o las libreas de los peces pasto de la zona, que entiendo que sería desviar mucho el tema.
Teniendo claro todo lo que hemos comentado sobre los colores y si tenemos intención de presentar un señuelo llamativo o natural, creo que es suficiente para acertar en la mayoría de los casos.
En surfcasting las posibilidades de montajes con diferentes cebos y colores de boyas y plomos es sorprendentemente enorme, sin embargo, no es un factor determinante en una gran cantidad de especies o solo lo es en ejemplares jóvenes.
Recuerdo en mis inicios haber experimentado bastante (tampoco había mucho más allá de boyas blancas y rojas/amarillas) y las conclusiones fueron esas.
Ahora se ha avanzado bastante en el tema y existen boyas, perlas y plomos de todos los colores imaginables y combinaciones posibles, pese a lo cual mis conclusiones siguen siendo las mismas.
Tal vez veo un nuevo resurgir del rojo desde que los hay fluorescentes, un detrimento del blanco por el verde flúor (dado que tiene la ventaja de ser blanco durante el día) y la aparición o mayor uso de rosas y naranjas en zonas más profundas o a horas con poca luz, pero la base sigue siendo igual.
Al igual que he comentado respecto al spinning, no voy a entrar a enumerar los colores favoritos de cada especie.
Pescando en embarcación, en caso de estar cerca de la orilla se pueden aplicar los mismos conceptos que en surfcasting, pero a mayor profundidad, exceptuando algún montaje para llamar la atención, un plomo rojo/blanco o negro/fluorescente podría ser útil hasta los 40-50 m pero el resto no serviría de nada.
Por último mencionar al respecto de la sepia y el calamar, aplicando la lógica con los colores según el mar y la luz vamos bien para pescarlos desde la orilla. Desde embarcación iríamos pasando del rojo al rosa/naranja, para terminar con el negro o el blanco a medida que ganamos calado y viceversa.
También con estas especies se ha demostrado que se basan mucho en su visión ultravioleta por lo que es muy recomedable experimentar con señuelos con libreas UV.
Y con esto con por finalizada la parte sobre el sentido de la vista en los peces, espero que os haya gustado.
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