Vuelta al curro, se acabaron los días de ocio y la posibilidad de elegir los días de pesca en función del tiempo, ahora tendré que pescar los findes si o si.
Este último mes solo había salido un día y por el gusanillo de estrenar las cañas, así que esta semana tenía previsto salir todo lo posible para quedarme bien satisfecho.
Quería hacer un poco de todo, salir a la dorada, alguna mañana de spinning, incluso salir en barca al curri, pero al final han sido dos salidas a lo vikingo, buscando bichos malos con Pablo.
Con la buena racha que llevaba este año, que ni recuerdo la última porra a surfcasting, han bastado tres salidas con Pablo para que vuelva el gafe (la primera porra fue el día que estrené las Surf).
Como decía, nos decidimos por intentar buscar depredadores porque viendo que venía la Luna llena, que ha surfcasting está saliendo mucha mabra y que el cangrejo está dando por saco, no parecía buena opción salir a la dorada.
Aún así yo tenía reservadas varias titas de palangre, para una jornada a la dorada con Javixi que al final anulamos, por lo que decidí recogerlas y probar con ellas por si sonaba la flauta con alguna dorada grande, o los más improbables hurta y sargo real (que ya me gustaría jejeje).
Para el resto de la jornada teníamos pulpos, porque a estas fechas poco más aguanta tantas horas en el agua.
Llegamos por la tarde, montamos y esperamos a que la gente saliera del agua. Cuando ya no quedaba nadie metimos la mitad con pulpo y la mitad con titas.
Poco a poco desapareció la gente y nos quedamos solos, allí seguimos conversando y vigilando de reojo las cañas, se estaba genial, de hecho, casi sin darnos cuenta se nos hizo de noche.
Decidimos revisar las cañas con tita porque llevaban al menos tres horas a remojo... para mi disgusto, el resultado fueron dos doradellas de 250 y 400 gr más o menos (que debían llevar toda la tarde allí clavadas).
Para los que defienden el uso de anzuelos pequeños y bocaditos para evitar fallar picadas les doy este dato: anzuelo del 0/1, tita de palangre de 20 cm entera y las dos salieron tragadas hasta las trancas.
Nos replanteamos la situación al ver que las doradellas tan pequeñas, ya que con cebos tan grandes no habría manera llegar a las de porte lanzando.
Tenía una tita medio muerta en la caja, así que aproveché y la troceé, le licré un trozo al anzuelo y lancé la caña de nuevo, Pablo por su parte decidió probar con navaja licrada.
No debimos dar con la distancia porque no volvimos a tener picadas en esas cañas.
Apenas nos habíamos sentado cuando a Pablo se le destensó la caña cebada con pulpo, fue corriendo a clavar y parecía que llevaba bastante peso, pero mientras trabajaba su pieza vimos destensar mi caña... así que lo dejé solo y me fui corriendo a por ella.
Al clavar también noté peso, pero apenas peleaba, se dejaba traer pesadamente hasta mitad camino, ahí pegó dos arreones y se clavó en seco.
En el primero tiré de la caña y lo saqué, pero en el segundo intento cuanto tiré se soltó...
Llevaba el pulpo montado con un tándem, se había clavado en el anzuelo del extremo y le había arrancado varias patas al pulpo de 300 gr... parecía una buena pieza...
Para rematar la jugada, a Pablo le cortó la cameta el suyo.
Nos quedamos un poco más pero ya no tuvimos más actividad.
Repetimos la jornada e insistimos con el pulpo, pero aquel día soplaba del Norte y no tuvimos ni una picada en toda la noche, una lástima.
Y eso es todo, un mes parco en salidas (y en capturas como me reclamaban hace poco jejeje) pero es lo que hay, espero disponer de tiempo en otoño y que se me dé mejor que este verano.
Al menos puedo celebrar las 150.000 visitas del blog, solo quiero agradeceros a todos por seguir visitándome aunque no esté escribiendo tanto como otros meses, muchas gracias.
Enhorabuena por las visitas!!! Sigue asi !!!
ResponderEliminarEste otoño nos vamos a vengar del gafe jejeje.
ResponderEliminarAñade un mero a la lista de pendientes.
ok, lo apunto a la lista ;P
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