Las últimas pesqueras del año

Esta semana con tanto festivo no me ha dejado mucho tiempo para salir de pesca, tan solo salí a surfcasting con Fede para estrenar sus nuevas cañas (y un rato a la sepia el día anterior para aprovisionarme de cebo fresco).

Ambas salidas fructíferas para lo que son estas fechas, así que no me puedo quejar.   No he despedido el año con el habitual llobarraco pero no me he quedado sin turrón (y al llobarro lo seguiré buscando).

Como decía, la tarde anterior a la salida a surfcasting fui un rato al puerto con la intención de conseguir un par de sepietas para utilizarlas de cebo al día siguiente.

Pensaba estar una hora, pero llegué pronto y hasta que no empezó a oscurecer no tuve picadas, así que decidí quedarme al menos media hora más.

Como va siendo habitual esta temporada, las primeras que se dejaron ver fueron las más pequeñas,  que de peso suelen rodar entre los 70 y los 100 gr. 

Suelen ser las más agresivas y tardan más en aborrecer el señuelo, pero también son las más difíciles de clavar por su tamaño y poco peso.

Como este año me tiene que pasar de todo, me tenía que estrenar también con la tinta... así me dejó la cara la primera que pesqué jejeje (menos mal que llevaba toallitas húmedas en la chaqueta porque me dejó perdido).

El resto salieron cuando apenas quedaba luz y no las fotografié, así que no hay evidencias ;P

Al poco de caer la noche ya tenía lo que quería, ya que había seleccionado un par de sepietas del tamaño ideal para cebo, así que no estiré mucho más la jornada.

La pieza mayor fue una sepia de cuarto de kilo, que destiné a ser la primera enterita que me como esta temporada.

Pasamos ahora a la siguiente jornada. salimos de casa cargados con sepia, langostino y cangrejo en busca de sargos y llobarros, o al menos esa era la intención, ante las previsiones de que se iban a levantar el viento y el mar por la noche.

Nada más llegar encontramos el mar como cabía esperar, no llegaba a medio metro de ola pero estaba bravo y venían seguidas, nada de viento, pintaba de miedo para el llobarro a poco que se picara cuando se levantara el viento.

Pasaron un par de horas sin actividad, en las que lo intentamos con varios cebos y distancias, en busca de sargos, pero no dimos con ninguno (o al menos de talla) tan solo un cebo mordisqueado vimos.   Así que decidimos tomarnos un respiro hasta que cayera la noche o se picara el mar.

Ya de noche, parecía que iba a arrancar el viento mientras cenábamos, pero no duró nada, más bien diría que fue un amago y solo sirvió para despejar el cielo y dejar el mar como un plato.

Tras la cena revisamos cebos, pues llevaban algo más de una hora a remojo, yo había tenido una picada al cangrejo y las cañas que estaban lanzadas más cortas tenían los cebos mordisqueados... algo se empezaba a mover por allí

Pensando en las fechas que estábamos y que parecían no tener mucho tamaño, apostamos por sargos, repusimos cebo y acortamos las distancias de las cañas lanzadas.

No se hicieron esperar, una de las veces que miré hacia las cañas vi que un carrete se había dado la vuelta...

Corrí a por la caña, clavé con cariño (porque estaba pescando fino) y pegó una carrera que me dejó la caña clavada y tuve que cederle un poco... empezó a pegar cabezazos sin parar, intercalando un par de intentos de carrera... ¿dorada? ¿sargo? le comentaba a Fede que no lo tenía claro, me parecía más dorada pero estaba muy peleona, lo que tenía claro es que lo que fuera pesaba al menos un kilo.

Llegando al primer escalón pegó a la derecha y apenas le veíamos el lomo, luego giró hacia la izquierda, para acabar subiendo el escalón, y permitirnos verla... no sin dificultades, no paró de cabecear y zigzaguear, aún viniendo de lado en los últimos metros... y por supuesto, no se dejaba coger... cuando la miré de cerca vi que venía del morro... vivan los circle!!! jejeje que gozada.

El resultado, por un lado una foto curiosa en la que parece que tengo los ojos encendidos jejeje por otro una dorada kilera.

Aunque en el agua le echaba un kilo, al verla me pareció más pequeña, dudaba que pasara de los 800, al final mi primer instinto fue el bueno, la báscula marcó 961 gr.

Y anda si seguía viva!! lo suyo me costó conseguir un par de fotos en las que estuviera quieta... una pequeña fiera.

Viendo lo acontecido, cambiamos de estrategia, repusimos cebo en todas las cañas y a por doradas.

Pasó algo más de hora y media sin actividad, ya era tarde y el frío me empezaba a calar, así que decidimos ir recogiendo una caña con calma.

Termino de guardarla en la funda y al darme la vuelta para ir a buscar la otra caña veo que está el carrete girado... otra!!!

Corrí hacia ella y clavé con cuidado... noté bastante peso, le comenté a Fede que esta haría al menos kilo y medio, no quería decir dos para no fliparme pero era lo que deseaba.

No dio mucha batalla, incluso en algún momento nadó a favor y no daba a basto para tensarle.   En la orilla no embestía con fuerza, así que supuse que estaba tragada hasta las trancas y aproveché para comentarle a Fede como trabajar las piezas con sus nuevas cañas.   Ese fue mi error... iba del morro y se lo estaba guardando... como si me hubiera visto, justo en un momento que había soltado el carrete, pegó una carrera hacia mi, destensó la línea y se soltó... por vacileta... y es que nunca hay que darles tregua...

Y ese fue el final de la jornada, como os podréis imaginar en el camino de vuelta a casa pesaron más los lamentos por la pieza perdida que por la obtenida, acompañados también con que las previsiones no habían acertado demasiado, así que he de reconocer que esta vez me lo merezco, karma is a bitch.

Ahora escribo esta entrada y tengo un buen recuerdo de esta pesquera, tampoco me duró demasiado el calentón, la verdad es que pillamos una buena noche para lo que nos esperábamos, así espero que podamos repetirla pronto ;)